jueves, 29 de julio de 2010

Semiosis del Pensamiento de Comenio y su Decálogo; Aplicaciones al Contexto Pedagógico Salvadoreño.

Articulación Teórico Reflexiva de Herberth Oliva.-

Para un Excelente Docente Mauricio Herrera Escobar.

Regresemos a lo básico de la enseñanza” con estas palabras el docente y compañero de labores, Licenciado Mauricio Herrera Escobar a quien dedico este articulo, me motivo a escribir estas líneas mediante las cuales me permito reflexionar cómo el desempeño de un buen docente, como profesional de la educación, está sujeto a una serie de circunstancias y requerimientos y que el grado de éxito dependerá de que el maestro reúna ciertos requisitos como los siguientes:

Que quiera: es condición vital que el docente tenga deseos de compartir con otros sus conocimientos y sus experiencias, que goce con buen animo de esta actividad.

Que sepa: es condición sabida, nadie podrá enseñar lo que no sabe. “Nadie puede brindar lo que no tiene” Pero el grado de dominio del tema debe ser mayor que lo que se espera que enseñe.

Que sepa cómo: el solo dominio de un tema no da a una persona la garantía de saber comunicarlo en términos pedagógicos. Un individuo puede ser un sabio en un tema y puede ser pésimo expositor. El buen docente deberá estar pendiente en todo momento de los mensajes no verbales del grupo, los cuales le brindan información sobre el grado en que se está realizando la comunicación.

El “saber como” permitirá al buen docente ser ágil en el uso y variación de las técnicas más eficaces para la enseñanza de un objetivo pedagógico determinado.

En virtud de lo anterior, manifiesto que siempre ha existido parámetros referenciales que nos permiten extraer la esencia de lo mejor, en el caso de esta articulación critica, expongo que la importancia de la figura del maestro resulta indiscutida ya que el espacio temporal en el que se mueve el maestro en cada contexto socio histórico ha sido decisivo para su planteamiento profesional.

El modelo magisterial de la escuela tradicional, el 'magistrocentrismo', cedió el paso al paidocentrismo con lo que varía sustancialmente la figura del maestro de formación universitaria, obligándonos a retomar lo básico de la didáctica.

El buen ejemplo de docentes de la calidad de Mauricio Herrera Escobar, me facilitan entender la gran virtud del maestro de estar siempre actualizado y a la vanguardia, siempre encaminado a retomar lo básico de la didáctica, y para nuestro caso volver al marco referencial que constituye el Decálogo de Comenio.

  
Para el entender de este celebre personaje, la escuela moderna ya no es el único lugar donde se aprende, y el docente ocupa el lugar del que sabe. Hoy se encuentra siendo cuestionada por toda la sociedad. Los docentes deben consensuar con los padres y alumnos. El alumno ya no es el mismo, tiene otras inquietudes, otras formas de aprender y acceder a la información. Veamos entonces el Decálogo en cuestión.

1-“Proceder de lo general a lo particular y de lo más fácil a lo más difícil.”
2- “No cargar con exceso a ninguno de los que han de aprender.”
3- “Enseñar todo por los sentidos y para un uso inmediato.”
4- “No obligar al entendimiento a nada que no le convenga por su edad.”
5- “La actividad es una ley de la niñez.”
6- “Cultivar las facultades en su orden natural, primero formar la mente, luego proveerla.”
7- “Principiar por los sentidos y no decir al niño lo que él puede descubrir por sí mismo.”
8- “Dividir cada asunto en sus elementos.”
9- “Proceder paso a paso y acabadamente.”
10- “Desarrollar la idea, dar la palabra que la representa y cultivar el lenguaje.”

Mediante la presentación del decálogo de Comenio y la inspiración que provoca la buena labor de docentes como Mauricio Herrera Escobar, afirmo que la importancia de la figura del maestro resulta indiscutida, dentro del contexto escolar, pues el docente tiene por excelencia un papel protagonista dentro del espacio temporal en el que se mueve la educación en cada contexto sociohistórico, y ha sido decisivo para su planteamiento profesional.

Finalizo entonces argumentando que es necesario asumir como propósito una nueva poética del concepto escuela que ensanche el rol del docente como factor primordial de las sociedades del aprendizaje y del conocimiento, en donde el mismo educador es consiente de seguir ampliando sus conocimientos y generando nuevas eventualidades pedagógicas.




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