domingo, 11 de septiembre de 2011

RESPONSABILIDADES SOCIALES DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI

Articulación Teorico Reflexiva de Lic.D.E.S Herberth Oliva.-

Perfilando mi visión pedagógica hacia un futuro esperanzador en este siglo XXI, he decidido elaborar un análisis crítico sobre cuales deben ser las responsabilidades del docente en esta tan afamada sociedad del conocimiento. No olvidemos que es a través de la educación como podemos ampliar nuestro pensamiento reflexivo pedagógico en favor de una mejor calidad de vida a través de la educación.

En esta nueva forma de interacción social que debemos aplicar los docentes en el hecho educativo, considero que la formación del profesorado en la actualidad debe tener una proyección social de alto nivel para con el desarrollo integral de la humanidad, por cuanto, el protagonismo que la sociedad le atribuye al docente es algo innegable, esto quiere decir que la responsabilidad del dotar al estudiantado de un buen aprendizaje cae en el mismo docente y en los responsables de garantizar la consecución y el respectivo éxito del acto formativo (formador de docentes).

Es así como descubrimos que la responsabilidad social del docente del siglo XXI es descubrir y desarrollar nuevas y variadas habilidades que faciliten el aprendizaje significativo de nuevos conocimientos que aporten variadas didácticas educativas, así se afrontarán las demandas que se presenten en el Sistema Educativo Escolar. Quedando por parte del profesorado enfrentarse a los acelerados cambios que vive actualmente la humanidad, por lo tanto, el nuevo docente debe mostrarse receptivo a todo conocimiento innovador y experiencia novedosa ya sea desde un punto de vista social, humano o tecnológico.


Ante tal panorama afirmo con toda propiedad que la educación es responsabilidad de todos los que estamos insertos en el hecho educativo, más aún, cuando tenemos la responsabilidad de velar por el despertar de la conciencia estudiantil y por la formación de nuevos ciudadanos con capacidad de talento para responder, en condiciones aceptables, a los avatares propios de la hoy denominada sociedad del conocimiento…pero que, en sus entrañas aún no ha sido sembrado el compromiso de construir el conocimiento y, lo que es más importante, aprehenderlo y ponerlo en práctica de acuerdo a las necesidades sociales, asignándole de verdad el carácter pragmático que hace relevante la condición cognitiva en las personas.


En este sentido, es preciso que tanto los docentes como los directivos y supervisores internalicemos la seria responsabilidad de mantenernos en un constante aprendizaje, digo esto porque son muchas las ocasiones donde veo que administradores educativos hacen alarde de sus dotes administrativos, cuando olvidan que los estudiantes no son mercancías y por lo tanto nos olvidamos de estar en un constante aprendizaje, de manera que nos permita, responder a las necesidades de una sociedad globalizada, pluricultural, donde se precisa un conocimiento capaz de atender la diversidad ideológica social, en la cual cada estudiante tiene sus propios ritmos de aprendizaje.


Es necesario asumir como propósito una nueva poética del concepto escuela que ensanche el rol del docente como factor primordial de las sociedades del aprendizaje y del conocimiento, en donde el mismo educador es consiente de seguir ampliando sus conocimientos y generando nuevas eventualidades pedagógicas.


En virtud de lo planteado, las personas nos vemos obligadas a internalizar la necesidad de promover espacios para construir el conocimiento en forma permanente, a fin de expandir nuestras potencialidades, de manera que podamos comprender y apoyar a las demás personas del entorno, al mundo y a la propia existencia. Por otra parte es conveniente que asumamos responsabilidades compartidas desde donde todos aceptemos que el conocimiento no es acabado, que por el contrario, es un proceso sin fin, sólo termina con nuestra vida…Por ello, es determinante comprender y aceptar que el conocimiento absoluto no existe, y que, en determinado momento cualquier persona puede poseerlo... Que Dios les Bendiga.

                                                       

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