Al momento de elaborar los diversos análisis que se desprenden de este espacio de interacción analítico-educativa, me tomo el atrevimiento de emitir un profundo agradecimiento a la licenciada Margarita Rodríguez, quien en su calidad de coordinadora del programa de Formación de Asistentes Técnicos Bilingües del Centro Cultural Salvadoreño Americano, realizo las diversas gestiones necesarias para que mi persona pudiera interactuar con la Dra. Marilina Wayland, quien se desempeña como “Rectora del Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana de Puerto Rico”.
En uno de los múltiples esfuerzos que el Centro Cultural Salvadoreño Americano hace por mantener a su personal docente en la contemporaneidad de las innovaciones pedagógicas, parte del claustro de maestros tuvimos la oportunidad de asistir a una ponencia de la Dra. Marilina Wayland, quien manifestaba la importancia de la constante innovación y actualización pedagógica en esta sociedad del conocimiento, aduciendo que para la readecuación de la globalización educativa será importante fomentar el capital intelectual y para ello se debe percibir a la Globalización Pedagógica como una fuente innovadora que mejora la Calidad.
Es por ello que decimos que ante la crisis económica q se vislumbra y que algunos de nosotros ya vivimos, tenemos que aceptar que las teorías educativas deben de renovarse constantemente y para ello se debe de partir de las individualidades del alumnado, aplicando versatilidad docente dentro de la interacción pedagógica. Al respecto vemos como lideres mundiales de la talla de Oscar Arias Sánchez, premio Nóbel de la Paz 1987 y 2 veces presidente de Costa Rica, confían el que la educación a nivel latinoamericano puede mejorar siempre y cuando se eliminen del gasto gubernamental de la región los mas 40 mil millones que se invierten en armas y ejércitos, pues todo ese capital debería de financiar aspectos tan importantes como la capacitación académica de los profesorados.
Esta creciente necesidad de innovación pedagógica le da a los avatares de la dinámica social la responsabilidad de reconvertir los modelos educativos, ya que las nuevas generaciones de estudiantes aprenden de forma sincrónica o asincrónicamente, aplicando en la mayoría de las ocasiones un dinamismo didáctico que transforma la visión tradicional educativa.
Con todos estos cambios y reformas que sufre la educación, también debemos de modificar las formas en que se evalúa la calidad educativa, puesto que las nuevas formas de evaluación requieren de la perspectiva del alumnado para crear un paralelismo entre educación de calidad y calidad educativa. Uno de los grandes objetivos que pretende canalizar la globalización educativa desde mi humilde opinión y con base a la intervención de la Dra. Marilina Wayland, es establecer el logro y cumplimiento de estándares pedagógicos de calidad que puedan internacionalizar la curricula formativa y evaluativa, dotando de esa forma a las instituciones educativas de mayor productividad económica y de una mejor planificación estratégica que le permita afrontar los vertiginosos cambios sociales.
El nuevo orden económico requiere que la educación evolucione mediante la incorporación de tecnologías de la información al proceso de enseñanza-aprendizaje, buscando acercar la brecha que aleja al docente de los avances tecnológicos informáticos; Todo esto se plantea ante la referencia del termino de “Calidad Educativa” el cual provoca cambios sustanciales en la modificación radical de políticas educativas que doten al sistema de una solvencia de mediocridad que podría repercutir negativamente en la acción pedagógica. Por lo tanto la puesta en marcha de procesos evaluativos como la PAES, pretenden medir cuantitativamente y cualitativamente el progreso secuencial de las diversas directrices e indicadores del desarrollo educativo.
Sin embargo al hacer un análisis mas detallado de cómo la globalización pedagógica es una fuente de innovación educativa, nos damos cuenta que las evaluaciones como la PAES aparte de evidenciar un problema de rendimiento de aprendizaje, también pone de manifiesto un problema de equidad social en el que los jóvenes que tienen mayores recursos económicos son los que tienen acceso a mejores condiciones educativas en el aprendizaje.
Uno de los componentes indispensables en todo proceso de innovación educativa es la formación docente, pero ante los grandes esfuerzos que hacen los gobiernos latinoamericanos por mejorar este rubro (la educación), vemos la necesidad de ser mas objetivos y decir que los resultados encontrados en las aulas, no muestran modificaciones sustanciales medibles en los procesos de aprendizaje.
Las evaluaciones del aprendizaje que se necesitan para la sociedad del conocimiento, deben de eliminar su carácter precario y poco incidente en la creación de políticas educativas, ya que necesitamos de evaluaciones que permitan el mejoramiento de la practica docente y por ende que incidan en los resultados evaluativos del alumnado, con lo cual se forma a un estudiante dotado de un conglomerado de competencias necesarias para sobrevivir en esta evolución de la globalización educativa y del capitalismo comercial.
“NO PIDAMOS PROFESORES MODELOS, SI LA SOCIEDAD NO PROPICIA LAS CONDICIONES ÓPTIMAS”
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