La educación
como elemento vinculante para el desarrollo municipal, se ha convertido en un
componente importante de las políticas y las estrategias gubernamentales que
pretenden construir un moderno panorama político para la consecución de los
nuevos tejidos sociales que integran el sistema municipal de cooperación y
desarrollo. Es imposible acometer acciones que propicien el desarrollo de los
pueblos, sin un cambio previo de actitudes y valores que garanticen la
consolidación y sostenibilidad del desarrollo educativo de los municipios.
Por
lo tanto, el desarrollo municipal plantea un desafío al que la educación debe
responder, para ello deberá generar desde el hecho formativo escolar, una conciencia
de ciudadanía municipal. Esto significa que cada persona, sea cualquiera el
municipio al que pertenezca, debe admitir que forma parte de la sociedad
global y necesita saber que es responsable, junto con sus conciudadanos/as, que debe promover un desarrollo municipal fundamentado en la idea de reconocer que la educación impulsa una conciencia de desarrollo socio económico entre los ciudadanos, por lo que se necesita conocer el contexto geopolítico del municipio para
correlacionar que toda política de gestión y desarrollo municipal, deberá enmarcarse
necesariamente dentro de su contexto global, para así garantizar un mayor
entendimiento entre las posibles propuestas de solución a las distintas
situaciones que impiden la correcta gestión de desarrollo municipal.
Además
se debe fomentar una educación que contribuya al desarrollo municipal,
enmarcada desde un aspecto ético el cual supone la adquisición de una actitud
de solidaridad bien entendida, en donde la educación para el desarrollo
municipal, deberá mantener una atención constante hacia la justicia y la
dignidad humana, planteándose el reto de ser una invitación al cambio de
comportamientos individuales y colectivos, que generen conciencia ciudadana
sobre como nuestras decisiones afectan las diversas oportunidades de desarrollo del municipio.
Se
debe considerar que una destacada educación orientada a la potencialización del
desarrollo municipal, debe generar en el colectivo social el poder y capacidad
para influir en el desarrollo solidario del municipio, de manera responsable equitativa,
justa, solidaria y en paz.
En
resumen, esto
significa que la educación para el desarrollo municipal……..
1. Facilita la comprensión de las
relaciones que existen entre nuestras propias vidas y las de personas de otros municipios.
2. Aumenta el conocimiento sobre las fuerzas
económicas, sociales y políticas del municipio, lo cual explica y provoca la existencia
de la pobreza, la desigualdad, la opresión y condicionamientos de los
individuos pertenecientes a dicho contexto geográfico.
3. Desarrolla valores, actitudes y
destrezas que acrecientan la autoestima de las personas, capacitándolas para
ser más responsables de sus actos.
4. Fomenta la participación en propuestas
de cambio para lograr un municipio más justo en el que tanto los recursos y los
bienes como el poder municipal estén distribuidos de forma equitativa.
5. Dota a las personas y a los colectivos
de recursos e instrumentos cognitivos, afectivos y actitudinales que les
permitan incidir en la realidad para transformar los problemas más
significativos del municipio.
6. Favorece el desarrollo humano sostenible
en el nivel individual, comunitario, local y sobre todo municipal.
La tarea de la educación para el
desarrollo municipal aparece como un componente no sólo necesario sino fundamental
para la creación de una política sólida sobre el adecuado manejo de los
municipios a fin de impulsar una apuesta por la sensibilización que
promueva una ciudadanía municipal activa, competente, preocupada por los temas
colectivos y que reclame su protagonismo en el desarrollo de los procesos
sociales y políticos; debe además de promover una dimensión global en el
análisis de la realidad que establezca conexiones entre lo que es local y lo
que es municipal, que asuma los compromisos para la reducción de la pobreza
como compromisos indisociables a su política nacional o local; que fomente una
perspectiva de la justicia en la que se reconozca que la educación no es neutral
y que ésta puede proporcionar un posicionamiento en el momento de escoger entre
mantener el municipio tal y como está o participar en el cambio, con toda la
complejidad que esto comporta, a favor de la justicia para todos; deberá de
construir un enfoque más basado en los derechos que en las necesidades de los
habitantes del municipio, que reconozca los derechos básicos de la ciudadanía,
dando con ello inicio a procesos educativos participativos, activos, no
autoritarios, que huyan del adoctrinamiento, que favorezcan la autonomía y que
faciliten la participación y el compromiso.
En definitiva, debe potenciar una
educación capaz de generar en la ciudadanía actitudes conscientes de
corresponsabilidad y la mentalidad de que cuando una sociedad actúa excluyendo personas,
está perdiendo oportunidades como conjunto.